EL GOBIERNO MARXISTA
Y EL PATRIMONIO NACIONAL
El Gobierno marxista atentó gravemente contra
los intereses económicos de España, expoliando —por medio de apariencia legal
unas veces y de franca violencia otras— una incalculable riqueza, cuya
desaparición representó para la vida económica y el bienestar material de la
Nación, durante mucho tiempo, un rudísimo quebranto, del que se ha repuesto
gracias al constante esfuerzo del Caudillo y de su Gobierno.
I.-LAS EXISTENCIAS
METÁLICAS DEL BANCO DE ESPAÑA
A los pocos días de
iniciarse el Movimiento Nacional, el Gobierno rojo, a pretexto de intervención
en los cambios, consiguió que el Banco de España hiciera una serie de remesas
en libras esterlinas al Banco de Francia, ascendiendo lo remitido por este
concepto, desde el mes de julio de 1936 al mes de enero inclusive de 1937, a la
suma de 21.964.444 libras esterlinas.
Para apoderarse de
las existencias metálicas existentes, el 13 de septiembre de 1936, siendo
ministro de Hacienda Negrín, dictó el Gobierno rojo un Decreto reservado, por
el que, bajo pretextos relativos a la seguridad del oro, obligaba al Banco de
España a que entregase el oro que poseía, para llevarlo —según decía el
Decreto— a un lugar más seguro. (Documento anexo.)
El oro y la plata que
radicaban en el Establecimiento central del Banco de España, en Madrid, estaban
seguros en sus cajas y cámaras subterráneas; pero, aunque esto se advirtió al Gobierno
y se formuló oposición, frente a la iniciativa del mismo, por dos Consejeros
representantes de los accionistas del Banco, que presentaron la dimisión, el
día 14 de septiembre de 1936 irrumpen en el Banco fuerzas de Carabineros y
Milicias, enviadas por el Ministerio de Hacienda, de acuerdo con los Comités, y
especialmente con el que funcionaba en el mismo Banco de España. Dirigió la
operación de incautación el entonces Director General del Tesoro, Francisco
Méndez Aspe, en unión de empleados del Banco, elementos destacados del Comité.
Ordenada la entrega de las llaves de las cajas y cámaras donde se custodiaba el
oro, fueron abiertas las mismas, y durante varios días los agentes del Gobierno
estuvieron extrayendo todo el oro existente, que ascendía a la suma de
2.184.145.184,51 pesetas oro, equivalente a 5.199.576.026,24 pesetas efectivas,
restándose el importe de las 3.432.000 libras esterlinas, representadas por las
veinticinco remesas de oro anteriormente enviadas al Banco de Francia, en
París, entre el 18 de julio y el 14 de septiembre de 1936, fecha en que comenzó
el apoderamiento material del oro en el Banco de España.
Colocado el oro en
cajas de madera, fue transportado en camiones a la Estación del Mediodía, y
desde allí a Cartagena, donde fue depositado en los polvorines de La Algameca,
cuya custodia fue confiada a elementos de confianza del Comité y a algunos
claveros del Banco, indicándoles Méndez
Aspe la necesidad de guardar absoluta reserva acerca de las extracciones que se
hicieran en dichos polvorines, apercibiéndoles con severas penas si se
divulgaban.
A los pocos días y
bajo la dirección del mismo Méndez Aspe, de acuerdo con Negrín, fueron
transportando parte del oro a Francia y a otros lugares del extranjero. Así, el
26 de septiembre de 1936 enviaron a Marsella 250 cajas en el Tramontana; en 2
de octubre del indicado año, otras 250 por el mismo medio de transporte; en 29
de octubre, 748 cajas; en 9 de diciembre, 375, también en el Tramontana, y el
10 de enero de 1937, otras 315 cajas, que suman en total mil novecientas
treinta y ocho cajas remitidas a Marsella. El 5 de enero de 1937, en aeroplano,
se transportan a Toulouse 6o cajas, y el 21 de enero y 14 de febrero de 1037,
202 cajas al Ministerio de Hacienda, en Valencia.
El día 25 de octubre
de 1936 se personó Francisco Méndez Aspe en Cartagena, y, de acuerdo con
Negrín, ordena que por la noche se extraigan sigilosamente de los polvorines
siete mil ochocientas cajas de oro, de un peso aproximado de setenta y cinco
kilos cada una, que son transportadas en camiones y cargadas en los buques
Kine, Neve y Volgoles, que zarparon en dirección a Odessa, acompañando a esta
expedición, como personas de confianza, los claveros José Velasco y Arturo
Candela; operación realizada clandestinamente y sin que, al parecer, se
hubieran enterado de momento otras personas significadas de los partidos y del
Gobierno del Frente Popular.
En síntesis, fueron
exportadas diez mil cajas con oro, del peso aproximado ya indicado, entre los
meses de septiembre de 1936 y febrero de 1937.
A los pocos días de
la extracción del oro del Banco de España, por las mismas personas, y
utilizando los mismos procedimientos empleados para la incautación del oro, se
apoderaron de la plata, trasladando a Cartagena cajas con este metal por una
total cuantía de 344.275.000 pesetas.
2.-DESPOJO DEL
DINERO, VALORES, DIVISAS Y ALHAJAS DE PROPIEDAD PRIVADA QUE SE CUSTODIABAN EN
LOS BANCOS
Saqueadas las
reservas metálicas del Banco de España, se procedió de modo sistemático a la
confiscación del dinero, divisas, valores y efectos de propiedad de
particulares que existían en depósito y en paquetes lacrados en la Banca
privada. Para ello se dictan disposiciones conminatorias, como los Decretos de
3, 10 y 16 de octubre de 1936. Obligada por estos Decretos, la Banca privada
tuvo que entregar en oro amonedado o en pasta la cantidad de 5.026.613,32
pesetas oro, aparte de gran cantidad de libras, francos y otras monedas
extranjeras. En divisas fue puesta a disposición del Gobierno, en el Banco de
España, una suma que, representada en pesetas oro, ascendió a una considerable
cantidad. En valores extranjeros, la Banca privada hubo de entregar la cantidad
de 32.248.976,71 pesetas oro, incautándose también el Gobierno rojo de
bastantes valores españoles de cotización internacional.
Complemento de los
anteriores Decretos fueron las Ordenes de 20 y 29 de octubre de 1936 sobre
nombramientos de numerosos Jueces especiales de Contrabando para la apertura de
cajas de alquiler en los Bancos, campaña que produjo al Gobierno rojo un
incalculable botín.
Ante el curso de la
guerra, desfavorable para los marxistas, el Gobierno rojo decide trasladarse,
en noviembre de 1936, a Valencia, dejando todo dispuesto en su fuga, y en la
noche del 6 de noviembre se presenta en el Banco de España, con el entonces
Director General del Tesoro, Francisco Méndez Aspe, un individuo titulado
Capitán de Carabineros, apellidado Masegosa, que era persona de la confianza de
Negrín y agregado, como Ayudante del mismo, a la Secretaría del Ministerio de
Hacienda; avisado el Jefe de las cajas de seguridad de alquiler y depósitos en
dicho Banco, le manifestaron que el Ministro de Hacienda había ordenado la
apertura de las cajas, que debía llevarse a cabo con toda urgencia, para tener
terminada la tarea antes de las diez de la mañana del siguiente día. Sin
atender los reparos opuestos por el empleado, que alegó, además, no tener las
llaves, los asaltantes —que a
prevención, y para actuar con toda rapidez, habían llevado
consigo un equipo de
metalúrgicos y cerrajeros, compuesto de 50 ó 60 operarios— violentaron 3.959
cajas, llevando el contenido de las mismas, que era oro, valores, alhajas,
etc., así como el de dos cajas más que contenían oro, valores, monedas y
divisas. Violentaron, además los depósitos de alhajas, que eran 2.236, por un
valor declarado de 15.832.472,10 pesetas; pero el Banco de España estima que el
valor era diez veces mayor que el declarado, puesto que los depositantes so
lían declarar un importe mínimo de 2.500 pesetas, a fin de pagar la tasa mínima
de derechos de custodia, por lo que no es posible determinar el exacto valor de
lo sustraído.
Entre otras muchas
cosas de inestimable valor, los asaltantes se apoderaron de dos depósitos de
«radium», de la Facultad de Medicina, valorados en 400.000 pesetas; dos
depósitos de lingotes de oro, de la Sociedad de Metales Preciosos, de un valor
de 713.356,32 pesetas; el tesoro de la Catedral de Toledo; el de El Escorial;
las joyas de Su Alteza la Infanta doña Eulalia de Borbón, heredadas de la Reina
doña Isabel II, consistentes en collares de perlas y brillantes, aderezos,
pulseras y otras alhajas, mantillas, encajes y una colección de abanicos, todo
de un valor incalculable. Se llevaron también el contenido de la caja número
106, a nombre del Marqués de Zahara, que guardaba gran cantidad de joyas, entre
ellas una corona procedente del Imperio de los Zares. Merecen también especial
mención la caja señalada con el número
1.348, de la Duquesa de Santa Elena, con valiosísimas alhajas; la del Sr. Calderón,
con numerosas joyas y un saco con 70 kilos de oro; la del Vizconde de Eza, que,
entre otras alhajas, guardaba un collar de 18o brillantes, tasado en 1.114.776
pesetas; la del Marqués de Chiloeches, que conservaba alhajas y un millón de
pesetas.
Igual suerte
corrieron las cajas de alquiler y depósitos de la Banca privada. También en
noviembre de 1936, Méndez Aspe, de acuerdo con el Gobierno rojo, autorizó al
titulado Comandante de Carabineros Federico Angulo para trasladar el contenido
de las cajas de seguridad y depósitos a Valencia. A las objeciones tímidas de
algunos elementos técnicos de la Banca, que alegaban que era preciso contar con
los clientes, respondió el agente marxista, en forma amenazadora, que no estaba
dispuesto a aceptar dilaciones. Fuerzas de Carabineros penetran en los locales
de la Banca privada, violentando cajas y depósitos e incautándose del
contenido.
3.—OTRAS
DEPREDACIONES
Las amenazas
conminadas por los Decretos de 6 y 18 de agosto de 1937 obligaron a muchos
españoles a depositar en los Bancos las joyas y piedras preciosas que hasta
entonces habían logrado conservar en sus domicilios, a salvo de la rapiña de
las milicias rojas. En abril de 1938, el titulado Comandante de Carabineros
Ciriaco López, con policías y soldados armados, se presentó en la Banca privada
de Madrid, exhibiendo orden del Ministro de Hacienda —ya lo era Francisco
Méndez Aspe— para apoderarse del contenido de todas las cajas y depósitos
existentes en aquella fecha. La orden, fechada en 23 de marzo de 1938, estaba
concebida en los siguientes términos: "Con el fin de salvaguardar los
intereses de los titulares de cajas y depósitos de toda la Banca acreditada en
territorio leal al Gobierno de la República, procede que unos y otros PASEN
INMEDIATAMENTE AL ESTADO para que el Ministerio de Economía adopte las
PRECAUCIONES INDISPENSABLES QUE GARANTICEN EN TODO MOMENTO LA INTEGRIDAD DEL
CONTENIDO DE DICHAS CAJAS Y DEPÓSITOS, disponiendo que en el plazo de cuarenta
y ocho horas se proceda a entregar al Ministerio de Hacienda y Economía, a
través de los Delegados especiales que se designarán, las cajas y depósitos de
la pertenencia de ciudadanos españoles."
En la referida
ocasión fueron abiertas y violentadas en la Banca privada —excluyendo las del
Banco de España, saqueado anteriormente cuatro mil ochocientas ochenta y siete
cajas de alquiler, mil trescientos catorce depósitos y treinta paquetes,
llevándose enorme cantidad de alhajas, perlas y piedras preciosas de imposible
valoración, ni siquiera en términos aproximados. Solamente del Monte de Piedad,
de Madrid, se llevaron 21 depósitos abiertos, que contenían alfileres,
pendientes, sortijas, pulseras, cadenas, relojes, etcétera; además de estos
depósitos, se apoderaron de la mayoría de las alhajas, propiedad de empeñantes,
que se custodiaban en la Central y sucursales de Madrid y que fueron
transportadas a Valencia y Barcelona. Representaban estas alhajas treinta mil
trescientas veinte operaciones de préstamo con garantía pignoraticia, estando
evaluados estos empeños en la suma de pesetas 11.642.249,00; afirmando la
Dirección del Monte de Piedad que esta valoración representaba meramente el
concepto de préstamo, pero que el valor efectivo de las joyas llevadas del
Monte de Piedad de Madrid era muy superior, pudiendo cifrarse en sesenta
millones de pesetas. Debe tenerse en cuenta, para apreciar el sentido moral y
social de este despojo, que los dueños de las prendas sustraídas eran gentes
muy modestas que, a fin de remediar perentorias necesidades, acudían al Monte
de Piedad, recibiendo de esta Entidad benéfica dinero a préstamo garantizado
por los objetos empeñados.
A los desmanes
oficiales se suman las requisas y saqueos domiciliarios, llevados a cabo en las
viviendas de familias detenidas, perseguidas o ausentes, por las milicias,
checas y Policía roja—integrada en gran parte por malhechores comunes—cuyos
incalculables rendimientos en dinero y objetos de valor aprovechan unas veces a
los propios saqueadores o a los Partidos de que aquéllos dependen, y son
entregados en todo o en parte, en otras ocasiones, a la Dirección de Seguridad
o a los organismos de incautación creados por el Gobierno rojo. Conforme se
indica en el lugar de la presente publicación, dedicados a las «checas», y más
concretamente, al Comité de Investigación Pública (checa de Fomento).
Ciertamente que ante
el rápido avance de las Fuerzas nacionales en el período final de la guerra, y
por no quedar tiempo material a los marxistas para transportar al Extranjero
todo lo ilegítimamente incautado, se consiguió rescatar, principalmente en
Figueras, bastantes paquetes de alhajas; pero con gran diferencia entre el
valor de lo sustraído y el de lo recuperado.
4.-EL MARXISMO Y EL
RÉGIMEN BANCARIO ESPAÑOL
El Gobierno marxista
comenzó a destituir a los Consejos de Administración de los Bancos, y el 30 de
octubre de 1936 dictó un Decreto que facultaba para nombrar un Comité Directivo
en esta rama. en el que tuviese representación la Federación de la Banca;
resultando que tal Comité Directivo estaba integrado por elementos obreros
pertenecientes a la U. G. T. que, con los Comités de Empresa, eran de hecho la
verdadera y suprema autoridad de los Bancos, que facilitaba, desde el interior
de los mismos, todos los excesos emprendidos desde fuera contra el patrimonio
confiado a los establecimientos bancarios.
Se retiraron de las
cuentas corrientes particulares grandes cantidades de dinero, sin la firma del
titular, bajo el corriente pretexto de pago de jornales por trabajos
arbitrarios; otras veces, la Dirección de Seguridad y otros organismos rojos
obligaban a satisfacer cantidades por multas o conceptos análogos. Así fueron
extraídas de las cuentas corrientes, sin la firma del titular, enormes
cantidades, ascendiendo lo cobrado por este concepto en la Banca privada a la
suma de setenta millones doscientas sesenta y un mil doscientas sesenta y ocho
pesetas; y en el Banco de España, también sin la firma del titular de la
cuenta, obligaron a pagar la cantidad de seis millones novecientas diecisiete
mil sesenta y ocho pesetas con ochenta y cinco céntimos. Gran número de talones
fueron pagados mediante autorización del Delegado del Consejo Superior
Bancario, en virtud del Decreto de 30 de agosto de 1936; pero otras órdenes
procedían de diferentes organismos: Agencia Ejecutiva, Ministerio de
Instrucción Pública, Tribunales Populares, Juzgados, Caja de Reparaciones,
Comités de control, etcétera.
5.-RESUMEN DE LO
APROPIADO
Por ser elevadísima
la cantidad de joyas, metales preciosos y otros efectos sustraídos en los
Bancos a la clientela privada, resulta imposible su valoración, por la
circunstancia ya advertida, de no estar hecha su declaración en tiempo debido
por los interesados; puede afirmarse que se trata de casi toda la riqueza
nacional de esta especie que se encontraba en zona roja.
El oro arrebatado al
Banco de España importa—según quedó ya indicado—un equivalente de cinco mil
ciento noventa y nueve millones quinientas setenta y seis mil veintiséis
pesetas con veinticuatro céntimos. A cuya cantidad debe añadirse la
representada por los ingresos en cuentas corrientes y compras particulares de
oro por el Banco de España en los meses de octubre y noviembre de 196, en
armonía con el Decreto de 3 de octubre del indicado año, que arroja la cifra de
pesetas oro 6.868.801,83, de cuya suma se hizo cargo un Comité, integrado por
funcionarios del Banco, que actuó desde el 11 de octubre al 2 de noviembre de
1936.
Plata, 344.275.000,00
pesetas.
También deben ser
adicionadas a estas cantidades las extraídas por otros procedimientos
irregulares de las cajas de las sucursales del Banco sometidas al dominio rojo,
que fueron las siguientes :
PESETAS
Por donativos,
contribuciones extraordinarias y aperturas de créditos 326.447.017,90
En oro 1.837.012,00
En plata 1.743.406,00
En billetes y moneda
fraccionaria 85.451.807,00
Por remesas a otras
sucursales ordenadas por autoridades rojas,
sin intervención de la Central Plata 69.629.903,00
6.-AUTORES DE ESTA
APROPIACIÓN DEL PATRIMONIO NACIONAL
Todo lo expuesto
patentiza, y así resulta claramente acreditado por informes del Banco de España
y de la Banca privada y de afirmaciones de testigos fidedignos, que fué el
propio Gobierno del Frente Popular el autor responsable de este despojo. El
entonces Ministro de Hacienda, Negrín, y su cooperador—y luego
Ministro—Francisco Méndez Aspe, fueron los que ordenaron el expolio de toda la
riqueza existente en el Banco de España y en los demás establecimientos
bancarios.
El Decreto de 13 de
septiembre de 1936, firmado por Azaña y Negrín, que acuerda el traslado del oro
a lugar seguro, fue una evidente superchería, ya que a los pocos días lo
diseminaron por el extranjero, llevando una considerable cantidad (7.800 cajas,
de 75 kilos cada una) a Rusia. También los dirigentes marxistas, acabada ya la
guerra civil, lograron adueñarse en Francia de bastantes millones, de ilícita
procedencia, y situarlo en Méjico, siendo de dominio público el viaje a dicho
país del yate Vita, de cuyo cargamento resultó, en definitiva, beneficiario el
grupo afecto a Indalecio Prieto.
Puede rotundamente
afirmarse que el Gobierno del Frente Popular y los políticos destacados del
mismo se apoderaron del oro, plata, divisas, valores y alhajas y, en una
palabra, de casi todo el patrimonio nacional que se encontraba en la que fue
zona roja y que, por hallarse enclavadas en dicho territorio las más
importantes capitales (Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, etc.), así como la
Central del Banco de España y los principales establecimientos bancarios,
representa la parte principal de la riqueza española.
El reparto de lo
sustraído alcanzó a bastantes personalidades rojas y enlaces del Gobierno que
durante la guerra se encontraban en el extranjero, a salvo de las contingencias
de la lucha y encargados de reservadas misiones comerciales. Según informes
dimanantes de la documentación y libros del Banco de España, del producto de la
venta de libras esterlinas a los Bancos de Francia, en cantidad de veintiún
millones novecientas ochenta y cuatro mil cuatrocientas cuarenta y cuatro
libras, aparecen fuertes cantidades de millones de francos situados en Bancos
extranjeros a favor de personas identificadas con el Gobierno del Frente
Popular durante el año 1936 y en enero de 1937, figurando, entre otros muchos,
los siguientes :
A disposición de
Oloná, en el Banesparco Eurobank, Paribas y Dreyfus, se situó la suma de
¢75.439.721,60 francos.
Alvaro de Albornoz,
en el Chase Bank, se situó a su favor la suma de 125.000.000 de francos.
L. Araquistain y A.
Otero, indistintamente, en el Chase Bank, en el Credit Lyonnais, en el B. de
L'Europe, Banque Comerciale, Eurobank y Dreyfus y Compañía, se situaron
851.0oo.000 de francos.
Félix Gordón Ordás y
R. Méndez, indistintamente, en el Banco de Londres titulado Midland, en el
Eurobank de Méjico, se situaron la suma de 823.638.265,84 francos, además de
129.000.000 en el Banco de Méjico en unión de Luis Prieto.
Pedro Prá, P. Brea y
R. Méndez, en distintos Bancos extranjeros, como el Eurobank, Unión Parisién,
Credit Lyonnais y Banco d' Europe du Nord se situó la suma de 254.105.000
francos.
Rafael Méndez
Martínez, en el Credit Lyonnais de París y una partida en unión de Luis Prieto
en el New-York, la cantidad de 144.730.006 francos.
Daniel Fernández
Shaw, en el Banco Midland, Londres, y en el Eurobak, la suma de 13.249.070 francos.
Gonzalo Zavala y E.
Rodrigo, conjuntamente, en el Eurobank, la suma de 20.000.000 de francos.
Fernando de 1os Ríos
y R. Méndez, en el Banco Comercial de Wáshington, 225.645.000 francos.
Juan Negrín, en el
Eurobank, 370.000.000 de francos.
Lo que a las claras
demuestra el sentido y alcance de la distribución de los fondos, debiendo
tenerse en cuenta que el Gobierno republicano, antes de finalizar el Movimiento
Nacional, vendió a una Sociedad belga un cargamento de plata de 150.000
kilogramos, así como varias remesas del mismo metal a los Estados Unidos
enajenadas por el Gobierno rojo en la suma de 24.5.000.000 de pesetas.
7.- APLICACIÓN DE LA
RIQUEZA EXPOLIADA
Aparece evidente la
falta de paridad entre la inmensa riqueza pública y privada arrebatada a España
por el Frente Popular y los gastos-confesables—que por razón de la guerra tuvo
que realizar dicho régimen en el exterior, ya que las exigencias internas
podían ser atendidas mediante la inflación monetaria, también puesta en
práctica, en gran escala, por el Gobierno rojo, que dispuso de miles de
millones en papel, aprovechando el billetaje existente en el Banco de emisión.
Por otra parte, muchos de los pagos no tenían que ser hechos necesariamente en
numerario, puesto que dueño el Gobierno de la República, desde un principio, de
ricas comarcas productoras (minería, azogue, naranjas y otros productos
agrícolas, etc.), podía compensar parte de sus deudas con sus exportaciones.
Por lo que a Rusia se refiere, si bien de dicho país se importaron elementos de
guerra, especialmente aviones, por testimonio de personas destacadas que
combatieron junto a los rojos se sostiene que el oro enviado a Rusia no se
invirtió en la compra de armas y municiones, puesto que a la U. R. S. S.
mandaba el Gobierno rojo de España barcos con cargamento de plomo, mercurio,
plata en barras, azafrán, pimentón, pulpa de albaricoque, almendra, ropas y
otras mercancías.
8.- LOS DESMANES
CONTRA EL PATRIMONIO ECONÓMICO EN PROVINCIAS
De lo investigado
hasta ahora en diversas provincias puede afirmarse que las que estuvieron bajo
la dominación marxista tuvieron que sufrir—como la capital—desmanes contra la
Banca pública y privada y contra la propiedad, siguiéndose el sistema
anteriormente indicado para efectuar los saqueos e incautaciones.
Los datos que a
continuación se indican, aparte de ser incompletos, consignan cantidades muy
inferiores a las reales, por la imposibilidad de hacer una evaluación debida de
lo robado.
El valor del oro
sustraído en las provincias a que la investigación alcanza asciende a
27.269.521,76; el de joyas, otros metales preciosos, etc., a 74.884.766,03
pesetas, habiendo sido sustraídas millares de joyas y piezas de valor, muchas
de ellas pertenecientes a los tesoros artísticos de los diferentes templos que radican
en las provincias referidas.
El importe de las
divisas, así como de los valores españoles y extranjeros expoliados, asciende a
327.191.053,97 pesetas; contándose también gran cantidad de dólares, libras
esterlinas y otros signos extranjeros.
Fueron abiertas y
saqueadas 14.393 cajas, conteniendo diferentes efectos de gran valor, así como
unos 297 depósitos, con títulos, acciones y numerario en gran cantidad.
CONCLUSIÓN
Resalta aún más la
magnitud del desastre económico del Régimen rojo, que arruinó al país y perdió
la guerra, no obstante disponer de inagotables recursos, entre ellos todo el
oro de España —con cuyo poder amenazaba Indalecio Prieto al comienzo del
Alzamiento— ante el contraste que, en este aspecto, presenta el Régimen
nacional que—careciendo en un principio de todo--supo ganar la guerra, merced a
la inteligente dirección y al heroico esfuerzo del Ejército y a la capacidad
organizadora y austeridad administrativa de sus gobernantes, sin que en ningún
momento acudiera a medidas abusivas contra el patrimonio privado ni permitiera
cegar las fuentes de riqueza.
Esta conducta del
Frente Popular gobernante, carente de escrúpulos morales y patrióticos y de
sentido de responsabilidad, parece concebida bajo un doble designio :
Deliberado propósito de hundir en la ruina a España, para que el Gobierno
llamado a regir el país después de la victoria se hallase ante dificultades
insuperables; y una previsora visión de su porvenir privado por parte de los
jefes políticos; a fin de que su exilio estuviera exento de penalidades, aunque
esta exención fuera a costa de la miseria y sufrimientos de millones de
españoles de todas las tendencias.—Reflexiónese, con tales antecedentes, cuál
ha sido la magnitud de la obra realizada por el Caudillo y su Gobierno para salvar
a España de su ruina económica, para reconstruirla y colocarla en la próspera
situación presente.
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