jueves, 27 de marzo de 2008

Evolución de la Guerra

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Iniciado el pronunciamiento militar, enseguida se convirtió en una contienda en la que participaron todos los sectores de la población en una verdadera lucha social e ideológica.
A la vez se produjo una revolución político-social en la zona en la que se mantuvo la legalidad republicana (¿provocó y aceleró aquello mismo que el levantamiento quería evitar o éste fue producido por esa revolución político-social que ya se había iniciado con el triunfo del Frente Popular?).

En la zona donde triunfo el pronunciamiento se produjo una reacción que fue más allá de la anulación de las reformas republicanas y de las medidas contrarrevolucionarias.
El antagonismo social no tuvo delimitaciones absolutas. Tampoco hubo una polarización de los partidos de derechas o de izquierdas hacia un bando u otro. Hubo miembros significativos de los primeros que se negaron a romper con la legalidad republicana.

El Gobierno de la Generalidad tuvo que transigir con el predominio revolucionario de las milicias anarcosindicalistas para preservar su autonomía y, aprobado su Estatuto al estallar la guerra, la misma actuación tuvieron los nacionalistas vascos (pese a su tradicionalismo y fervor religioso).

Aunque inicialmente el bando gubernamental tuvo los recursos financieros y las principales zonas industriales y mineras, fueron contrarrestadas estas ventajas por:
*.- la desorganización militar provocada por el estallido revolucionario.
*.- las disensiones políticas en el seno de la República.
*.- Revolución social: fábricas y empresas fueron intervenidas por obreros y sindicatos, procediéndose de a colectivizaciones de distinto tipo. Lo mismo en el campo.
La revolución produjo una oleada de persecuciones y asesinatos llevados a cabo por multitud de comités extremistas consideradas derechistas y, en particular, contra los miembros, edificios y bienes de la Iglesia.
Poco a poco los gobiernos republicanos pudieron recuperar el control sobre la acción desordenada y autónoma de los anarquistas y otros grupos extremistas.
“El ganar la guerra antes de hacer la revolución” de los comunistas los enfrentó a los anarcosindicalistas.
También la fractura entre socialistas y comunistas y republicanos minaron la fuerza de los gobiernos republicanos.
El final desastroso de la guerra condujo a un penoso exilio a centenares de miles de españoles de ideas izquierdistas y democráticas.

Más discutido ha sido el papel jugado por la intervención extranjera: Italia y Alemania por un lado y Francia y Rusia por otro, junto a las Brigadas Internacionales.

El bando nacionalista contó desde el principio con la adhesión de una importante proporción de la oficialidad profesional y tropas más entrenadas y disciplinadas (coloniales marroquíes y de la legión).
También su articulación como Estado militarizado contribuyó a la concentración de todos sus recursos hacia la consecución de la victoria.
La desorganización y multiplicidad de poderes autónomos del bando republicano, frente al centralismo y fortalecimiento de un mando político fundido con el militar del bando sublevado, jugó en contra del Frente Popular.

En el bando sublevado, la indefinición inicial, fue sustituida por la concentración del poder, la derogación de la legislación social y laboral de la República, la anulación de las iniciativas de reforma agraria, la supresión de todos los partidos y sindicatos, el establecimiento de un Estado Nacional-Sindicalista (contrario al capitalismo y marxismo), fue abolida la legislación laicista de la República, se calificó el Alzamiento como Cruzada Nacional, se estableció un partido único y se concentraron todos los poderes en la figura de Franco (jefe militar y político, del Estado y del Gobierno) a partir de 1938.

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