La crisis de 1898 destapó los grandes problemas de España a través de un estado de opinión regeneracionista y puso a prueba el sistema político de la Restauración que, en los acontecimientos de 1909 y 1917, mostró la evidencia de su descomposición. A pesar de ello, en los primeros años del siglo XX siguió todavía vigente este sistema político pero los dos grandes líderes que regían los partidos, Cánovas y Sagasta, desaparecen a los pocos meses de iniciarse el reinado de Alfonso XIII. En cada uno de los partidos entran nuevos líderes y se inicia la lucha por la jefatura. Ahora toma en mando del partido Conservador Antonio Maura y del partido Liberal, José Canalejas.
En 1923, el rey Alfonso XIII acepta el golpe militar y la Dictadura de Miguel Primo de Rivera como solución de fuerza ante la crisis. En 1930, después del fracaso de Primo de Rivera, Alfonso XIII intentó restaurar el orden constitucional, pero las elecciones municipales del 13 de abril de 1931 dieron el triunfo en la mayoría de las ciudades a socialistas y republicanos. Fue entonces, cuando el monarca, para evitar una lucha civil abandonó el país, proclamándose la II República el 14 de abril de 1931.
Alfonso XIII pasó sus últimos años en Roma, donde murió y fue enterrado en 1941. Posteriormente, en 1980, sus restos fueron trasladados al Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial donde reposan en la actualidad.
Problemas de España:
Los nacionalismos.
La cuestión religiosa, mientras la Constitución definía un Estado confesional católico, los intelectuales y los obreros consideraban que era excesivo el peso de la religión y de la Iglesia católica en la sociedad y en la política española.
Los problemas de obreros y campesinos se incrementan y agudizan, provocando problemas sociales diversos y protestas que serán canalizadas a través del anarquismo y socialismo.
La guerra de Marruecos se convirtió en una sangría de hombres y dinero para España y provocó la inquietud en el ejército y el malestar e impopularidad general en la sociedad.
Problemas de España - Nacionalismos
*.- Galicia: se crearon las “Irmandades da fala”, que se federaron en 1918, bajo el liderazgo de su teórico más brillante, Vicente Risco.
*.- En el País Vasco se formó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) bajo las ideas de Sabino Arana.
*.- En Cataluña, ya desde 1892 (Bases de Manresa) y 1897 (Manifiesto de la Unió Catalana) las exigencias de autogobierno y la defensa del catalán serán continuas.
Estas exigencia se agudizan en los primeros años del reinado de Alfonso XIII (1905-1907), durante el gobierno del partido Liberal cuando las elecciones municipales dieron el triunfo a la Lliga. La Revista satírica Cu-Cut y el periódico La Veu de Catalunya iniciaran una campaña nacionalista independentista, atacando la unidad territorial de España, al Rey y al Ejército. La reacción de la guarnición militar de Barcelona fue contundente, causando destrozos en los locales de ambas publicaciones.
Se suspendieron las garantías constitucionales y se pidió que los hechos fueran juzgados por los tribunales militares, la Ley de Jurisdicciones (marzo de 1906), estableció que a los delitos de injuria y calumnia al Ejército sería aplicado el Código de Justicia Militar.
En diciembre de 1922, unos políticos jóvenes procedentes del maurismo y de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas funda el partido Social Popular. Su programa estaba inspirado en el partido social italiano.
Problemas sociales
Después de la I Guerra Mundial España vivió una crisis económica que provocó el aumento de la conflictividad social y un fuerte desarrollo del movimiento obrero.
El anarquismo, en sus distintas vertientes, arraigó con más fuerza e intensidad. Solidaridad Obrera fue el núcleo de la creación, en 1910, de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), fundada por 114 sociedades obreras de toda España cuya actividad estuvo marcada por los intentos de los anarquistas partidarios de la lucha armada.
Los conflictos laborales fueron creciendo en extensión tanto en el campo como en la industria sobre todo entre 1917 y 1920, período que la derecha denominaría trienio bolchevique. La burguesía respondió con dureza, creando grupos armados que actuaban contra los líderes sindicales.
En el campo socialista la Unión General de Trabajadores (UGT) también amplió su presencia, especialmente en la región andaluza.
Dentro del Partido Socialista de España (PSOE) el debate sobre la Revolución Rusa y la creación de la III Internacional (Internacional Comunista) provocó, en 1921, la escisión del partido, naciendo así el Partido Comunista de España (PCE).
Guerra de Marruecos
A finales del siglo XIX la presencia francesa y la amenaza de participación de Alemania llevaron a España a las campañas de Marruecos con el fin de evitar el dominio de estos países en el Mediterráneo.
Con una opinión pública mayoritaria en contra, España se embarcó en esta aventura no sólo para renovar su prestigio frente a Europa sino también para dar respuesta a los intereses económicos, incentivos poderosos para la oligarquía financiera de la Restauración.
Desde 1904 la penetración española en Marruecos fue pacífica, basada en pactos con las cabilas. Esta política fracasó en 1909, iniciándose la Guerra de Melilla. El desastre de Annual (1921) fue el resultado trágico de un esfuerzo por establecer un protectorado, provocando efectos negativos en la economía, la sociedad y la política.
Las consecuencias de Annual fueron dilatadas y profundas: En el mismo mes de agosto de 1921 se abrió un Expediente Gubernativo sobre las responsabilidades de los mandos militares y el propio Rey en la derrota. Aunque el expediente no aclaró demasiado el asunto, parece que la acción de Fernández Silvestre en Alhucemas contó con la aquiescencia del Gobierno y con el asentimiento del general Dámaso Berenguer.
El descrédito de las Juntas Militares de Defensa, hizo que desparecieran en 1922.
Regeneracionistas
El regeneracionismo es un término que encuadra tendencias diversas y dio lugar a un estado de opinión después del “Desastre” del 98. El principal teorizador de esa corriente fue Costa, y en ella entraron muchos de los intelectuales de la época, como Ortega, Azaña o Maeztu, aunque con evoluciones diversas. Sobre España y sus problemas, los regeneracionistas coincidían en tres puntos característicos: condena del pasado español, identificación de “Europa” como bálsamo a las heridas del país, y hostilidad extrema a la Restauración y su ideología liberal: “España es el problema, y Europa la solución”.
La historia española constituía un proceso que desembocaba en “una nación frustrada”. Así, Costa preconizaba que era necesario “fundar España otra vez, como si no hubiera existido”. Las consideradas hazañas y glorias hispanas, como el descubrimiento, conquistas y colonización de América, la evangelización, la Reforma católica, etc., eran miradas con desprecio, con burla o simplemente ignoradas. Para ellos, España había sido el país de la Inquisición, de los genocidios, de la miseria, el oscurantismo y la superstición, y esas supuestas glorias deberían más bien avergonzarnos.
De España no podía esperarse nada mientras que “Europa” aparecía como una realidad que gozaba de un orden social, de riqueza y de una expansión popular de la cultura. En ella veían una “normalidad” que a España faltaba desde siglos atrás, si es que alguna vez había disfrutado de ella.
Con respecto al tercer punto, los regeneracionistas rechazaban la Restauración que resumían en dos rasgos negativos: oligarquía y caciquismo. El país estaba dirigido por una “minoría absoluta, que atiende exclusivamente a su interés personal, sacrificándole el bien de la comunidad”; el pueblo había perdido la voluntad y carecía de “ciudadanos conscientes” y, por tanto, necesitaba un “cirujano de hierro”, un dictador altruista que le sacase del marasmo.
Alfonso XIII: la crisis de la Restauración.
Acontecimientos de 1909 y 1917
Durante 1909 y 1917 se produjeron dos crisis importantes con serios desórdenes, incendios y muertes.
1909.- Barcelona.- Semana Trágica: ocasionada por el llamamiento a filas de los reservistas para la guerra marroquí. A los desórdenes violentos que se produjeron cerca del puerto, provocados por las fuerzas reservistas, se unieron los obreros inquietos por la crisis económica.
Un comité formado por anarquistas y socialistas convocó una huelga general. La huelga de los trabajadores del transporte (tranvías) paralizó la ciudad y los obreros consiguieron aislar Barcelona, controlando con barricadas muchos sectores urbanos. El antagonismo se extendió contra la Iglesia, siendo incendiados varias docenas de conventos pertenecientes a órdenes religiosas dedicadas a la enseñanza.
La represión culminó con la condena a muerte del anarquista Ferrer Guardia, acusado de promover los desórdenes. Todos estos acontecimientos obligaron a Maura a presentar su dimisión.
En la crisis de 1917.
En ella se produce la convergencia de tres problemas:
El problema militar, motivado por el malestar por la interminable guerra marroquí y los reveses sufridos por el ejército, la política de ascensos y los bajos salarios.
Cuando se exigió pruebas de aptitud a los oficiales, éstos se organizaron en una especie de “sindicatos” (Juntas de Defensa), consiguiendo imponer condiciones al gobierno y derribarlo.
El problema político: el asesinato de Canalejas y la división de los partidos dinásticos que se turnan en el poder.
La iniciativa de Cambó y los catalanistas de formar una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona no tuvo éxito ya que fue disuelta por el gobernador civil de la ciudad, aumentando las tensiones entre los políticos.
El problema social se materializa en una huelga general en el mes de agosto. En esta ocasión, los militares respaldaron al gobierno y como resultado la huelga fracasó y los miembros del comité obrero fueron encarcelados. Pero el gobierno quedó tan debilitado que afectó al sistema de la Restauración que se disuelve después de formar un gobierno de concentración en el que participaron ministros conservadores y liberales.
Partidos
Fueron delimitándose paulatinamente los a la monarquía restaurada:
*.- Las crisis de los partidos dinásticos se evidenció en 1903 con:
*.- Las tensiones internas del Partido Conservador:
El Presidente del Gobierno, Silvela (diciembre de 1902-julio de 1903), tuvo que dimitir por las divisiones internas en su partido.
Antonio Maura, nuevo presidente del Gobierno y de su partido (noviembre de 1903) fracasó en sus intentos de “revolución desde arriba”y en sus proyectos de reforma de la Administración pública.
*.- La fragmentación sufrida por el Partido Liberal-Fusionista (tras la muerte de Sagasta, a comienzos de ese año).
Su desaparición rompió el vinculo que había mantenido unidas a las distintas corrientes del partido.
La pugna por la Jefatura del partido liberal se resolvió en 1903 (Montero Ríos obtuvo 210 votos, Segismundo Moret 194 y Vega de Armijo 1). El equilibrio de apoyos de los dos primeros hizo, que de hecho, el partido quedase roto.
domingo, 16 de noviembre de 2008
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