FUERO DEL TRABAJO
(9 de marzo de 1938)
Renovando la tradición católica de justicia social y alto sentido
humano que informó la legislación de nuestro glorioso pasado, el Estado asume
la tarea de garantizar a los españoles la Patria, el Pan y la Justicia.
Para conseguirlo -atendiendo, por otra parte, a robustecer la unidad,
libertad y grandeza de España- acude al plano de lo social con la voluntad de
poner la riqueza al servicio del pueblo español, subordinando la economía a la
dignidad de la persona humana, teniendo en cuenta sus necesidades materiales y
las exigencias de su vida intelectual, moral, espiritual y religiosa.
Y partiendo de una concepción de España como unidad de destino,
manifiesta, mediante las presentes declaraciones, su designio de que también la
producción española, en la hermandad de todos sus elementos, constituya una
unidad de servicio a la fortaleza de la Patria y al bien común de todos los
españoles.
El Estado español formula estas declaraciones, que inspirarán su
política social y económica, por imperativos de justicia y en el deseo y
exigencia de cuantos habiendo laborado por la Patria forman, por el honor, el
valor y el trabajo, la más adelantada aristocracia de esta era nacional. Ante
los españoles, irrevocablemente unidos en el sacrificio y en la esperanza,
declaramos:
I
1. El trabajo es la participación del hombre en la producción mediante
el ejercicio voluntariamente prestado de sus facultades intelectuales y
manuales, según la personal vocación, en orden al decoro y holgura de su vida y
al mejor desarrollo de la economía nacional.
2. Por ser esencialmente personal y humano, el trabajo no puede
reducirse a un concepto material de mercancía, ni ser objeto de transacción
incompatible con la dignidad personal de quien lo preste.
3. El derecho de trabajar es consecuencia del deber impuesto al hombre
por Dios, para el cumplimiento de sus fines individuales y la prosperidad y
grandeza de la Patria.
4. El Estado valora y exalta el trabajo, fecunda expresión del espíritu
creador del hombre y, en tal sentido, lo protegerá con la fuerza de la ley,
otorgándole las máximas consideraciones y haciéndole compatible con el
cumplimiento de los demás fines individuales, familiares y sociales.
5. El trabajo, como deber social, será exigido inexcusablemente, en
cualquiera de sus formas, a todos los españoles no impedidos estimándolo
tributo obligado al patrimonio nacional.
6. El trabajo constituye uno de los más nobles atributos de jerarquía y
de honor, y es título suficiente para exigir la asistencia y tutela del Estado.
7. Servicio es el trabajo que se presta con heroísmo, desinterés o
abnegación, con ánimo de contribuir al bien superior que España representa.
8. Todos los españoles tienen derecho al trabajo. La satisfacción de
este derecho es misión primordial del Estado.
II
1. El Estado se compromete a ejercer una acción constante y eficaz en
defensa del trabajador, su vida y su trabajo. Limitará convenientemente la
duración de la jornada para que no sea excesiva, y otorgará al trabajo toda
suerte de garantías de orden defensivo y humanitario. En especial prohibirá el
trabajo nocturno de las mujeres y niños, regulará el trabajo a domicilio y
liberará a la mujer casada del taller y de la fábrica.
2. El Estado mantendrá el descanso dominical como condición sagrada en
la prestación del trabajo.
3. Sin pérdida de la retribución y teniendo en cuenta las necesidades
técnicas de las empresas, las leyes obligarán a que sean respetadas las fiestas
religiosas y civiles declaradas por el Estado.
4. Declarado fiesta nacional el 18 de julio, iniciación del Glorioso
Alzamiento, será considerado, además, como Fiesta de Exaltación del Trabajo.
5. Todo trabajador tendrá derecho a unas vacaciones anuales retribuidas
para proporcionarle un merecido reposo, organizándose al efecto las
instituciones que aseguren el mejor cumplimiento de esta disposición.
6. Se crearán las instituciones necesarias para que en las horas libres
y en los recreos de los trabajadores, tengan éstos acceso al disfrute de todos los
bienes de la cultura, la alegría, la milicia, la salud y el deporte.
III
1. La retribución del trabajo será, como mínimo, suficiente para
proporcionar al trabajador y su familia una vida moral y digna.
2. Se establecerá el subsidio familiar por medio de organismos
adecuados.
3. Gradual e inflexiblemente se elevará el nivel de vida de los
trabajadores, en la medida que lo permita el superior interés de la Nación.
4. El Estado fijará las bases mínimas para la ordenación del trabajo,
con sujeción a las cuales se establecerán las relaciones entre los trabajadores
y las empresas. El contenido primordial de dichas relaciones será tanto la
prestación del trabajo y su remuneración, como la ordenación de los elementos
de la empresa, basada en la justicia, la recíproca lealtad y la subordinación
de los valores económicos a los de orden humano y social.
5. A través del Sindicato, el Estado cuidará de conocer si las
condiciones económicas y de todo orden en que se realiza el trabajo son las que
en justicia corresponden al trabajador.
6. El Estado velará por la seguridad y continuidad en el trabajo.
7. La Empresa habrá de informar a su personal de la marcha de la
producción en la medida necesaria para fortalecer su sentido de responsabilidad
en la misma, en los términos que establezcan las leyes.
IV
El artesanado -herencia viva de un glorioso
pasado gremial- será fomentado y eficazmente protegido por ser proyección
completa de la persona humana en su trabajo y suponer una forma de producción igualmente
apartada de la concentración capitalista y del gregarismo marxista.
V
1. Las normas de trabajo en la empresa
agrícola se ajustarán a sus especiales características y a las variaciones
estacionales impuestas por la naturaleza.
2. El Estado cuidará especialmente la educación técnica del productor
agrícola, capacitándole para realizar todos los trabajos exigidos por cada
unidad de explotación.
3. Se disciplinarán y revalorizarán los precios de los principales
productos, a fin de asegurar un beneficio mínimo en condiciones normales al
empresario agrícola y, en consecuencia, exigirle para los trabajadores jornales
que les permitan mejorar sus condiciones de vida.
4. Se tenderá a dotar a cada familia campesina de una pequeña parcela,
el huerto familiar, que le sirva para atender a sus necesidades elementales y
ocupar su actividad en los días de paro.
5. Se conseguirá el embellecimiento de la vida rural, perfeccionando la
vivienda campesina y mejorando las condiciones higiénicas de los pueblos y
caseríos de España.
6. El Estado asegurará a los arrendatarios la estabilidad en el cultivo
de la tierra por medio de contratos a largo plazo, que les garanticen contra el
desahucio injustificado y les aseguren la amortización de las mejoras que
hubieren realizado en el predio. Es aspiración del Estado arbitrar los medios
conducentes para que la tierra, en condiciones justas, pase a ser de quienes
directamente la explotan.
VI
El Estado atenderá con máxima solicitud a los trabajadores del mar,
dotándoles de instituciones adecuadas para impedir la depreciación de la
mercancía y facilitarles el acceso a la propiedad de los elementos necesarios
para el desempeño de su profesión.
VII
Se creará una nueva Magistratura del Trabajo, con sujeción al principio
de que esta función de justicia corresponde al Estado.
VIII
1. El capital es un instrumento de la producción.
2. La Empresa, como unidad productora, ordenará los elementos que la
integran en una jerarquía que subordine los de órden instrumental a los de
categoría humana y todos ellos al bien común.
3. La dirección de la empresa será responsable de la contribución de
ésta al bien común de la economía nacional.
4. El beneficio de la empresa, atendido un justo interés del capital,
se aplicará con preferencia a la formación de las reservas necesarias para su
estabilidad, al perfeccionamiento de la producción y al mejoramiento de las
condiciones de trabajo y vida de los trabajadores.
IX
1. El crédito se ordenará en forma que, además de atender a su cometido
de desarrollar la riqueza nacional, contribuya a crear y sostener el pequeño
patrimonio agrícola, pesquero, industrial y comercial.
2. La honorabilidad y la confianza, basada en la competencia y en el
trabajo, constituirán garantías efectivas para la concesión de créditos.
3. El Estado perseguirá implacablemente todas las formas de usura.
X
1. La previsión proporcionará al trabajador la seguridad de su amparo
en el infortunio.
2. Se incrementarán los seguros sociales de vejez, invalidez,
maternidad, accidentes del trabajo, enfermedades profesionales, tuberculosis y
paro forzoso, tendiéndose a la implantación de un seguro total. De modo
primordial se atenderá a dotar a los trabajadores ancianos de un retiro suficiente.
XI
1. La producción nacional constituye una unidad económica al servicio
de la Patria. Es deber de todo español defenderla, mejorarla e incrementarla.
Todos los factores que en la producción intervienen quedan subordinados a su
supremo interés de la Nación.
2. Los actos ilegales, individuales o colectivos, que perturben de
manera grave la producción o atenten contra ella, serán sancionados con arreglo
a las leyes.
3. La disminución dolosa del rendimiento en el trabajo habrá de ser
objeto de sanción adecuada.
4. En general, el Estado no será empresario sino cuando falte la
iniciativa privada o lo exijan los intereses superiores de la Nación.
5. El Estado, por sí o a través de los Sindicatos, impedirá toda
competencia desleal en el campo de la producción, así como aquellas actividades
que dificulten el normal desarrollo de la economía nacional, estimulando, en
cambio, cuantas iniciativas tiendan a su perfeccionamiento.
6. El Estado reconoce la iniciativa privada como fuente fecunda de la
vida económica de la Nación.
XII
1. El Estado reconoce y ampara la propiedad privada como medio natural
para el cumplimiento de las funciones individuales, familiares y sociales.
Todas las formas de propiedad quedan subordinadas al interés supremo de la
Nación, cuyo intérprete es el Estado.
2. El Estado asume la tarea de multiplicar y hacer asequibles a todos
los españoles las formas de propiedad ligadas vitalmente a la persona humana:
el hogar familiar, la heredad de tierra y los instrumentos o bienes de trabajo
para uso cotidiano.
3. Reconoce a la familia como célula primaria natural y fundamento de
la sociedad, y al mismo tiempo como institución moral dotada de derecho
inalienable y superior a toda ley positiva. Para mayor garantía de su conservación
y continuidad, se reconocerá el patrimonio familiar inembargable.
XIII
1. Los españoles, en cuanto participan en el trabajo y la producción,
constituyen la Organización Sindical.
2. La Organización Sindical se constituye en un orden de Sindicatos
industriales, agrarios y de servicios, por ramas de actividades a escala
territorial y nacional que comprenda a todos los factores de la producción.
3. Los Sindicatos tendrán la condición de corporaciones de derecho
público de base representativa, gozando de personalidad jurídica y plena
capacidad funcional en sus respectivos ámbitos de competencia. Dentro de ellos
y en la forma que legalmente se determine, se constituirán las asociaciones
respectivas de empresarios, técnicos y trabajadores que se organicen para la
defensa de sus intereses peculiares y como medio de participación, libre y
representativa, en las actividades sindicales y, a través de los Sindicatos, en
las tareas comunitarias de la vida política, económica y social.
4. Los Sindicatos son el cauce de los intereses profesionales y
económicos para el cumplimiento de los fines de la comunidad nacional y tienen
la representación de aquéllos.
5. Los Sindicatos colaborarán en el estudio de los problemas de la
producción y podrán proponer soluciones e intervenir en la reglamentación,
vigilancia y cumplimiento de las condiciones de trabajo.
6. Los Sindicatos podrán crear y mantener organismos de investigación,
formación moral, cultural y profesional, previsión, auxilio y demás de carácter
social que interesen a los partícipes de la producción.
7. Establecerán oficinas de colocación para proporcionar empleo al
trabajador de acuerdo con su aptitud y mérito.
8. Corresponde a los Sindicatos suministrar al Estado los datos
precisos para elaborar las estadísticas de su producción.
9. La Ley de Sindicación determinará la forma de incorporar a la nueva
organización las actuales asociaciones económicas y profesionales.
XIV
El Estado dictará las oportunas medidas de protección del trabajo
nacional en nuestro territorio y, mediante Tratados de trabajo con otras
Potencias, cuidará de amparar la situación profesional de los trabajadores
españoles residentes en el extranjero.
XV
En la fecha en que esta Carta se promulga, España está empeñada en una
heroica tarea militar, en la que salva los valores del espíritu y la cultura
del mundo a costa de perder buena parte de sus riquezas materiales.
A la generosidad de la juventud que combate y a la de España misma ha
de responder abnegadamente la producción nacional con todos sus elementos.
Por ello en esta Carta de derechos y deberes dejamos aquí consignados
como más urgentes e ineludibles los de que aquellos elementos productores
contribuyan con equitativa y resuelta aportación a rehacer el suelo español y
las bases de su poderío.
XVI
El Estado se compromete a incorporar la juventud combatiente a los
puestos de trabajo, honor o de mando, a los que tienen derecho como españoles y
que han conquistado como héroes.